24/4/11

El destino de Imre Kertész

Imre Kertész pasó por delante de la cámara de gas, vio allí su destino que ya no vería.

Después se hizo cargo de su cuerpo en los campos de concentración y aprendió de una larga herida en la pierna. Se tropezó a plazos con su vida, la encontró cada vez junto a algo distinto, cada vez en un campo distinto.

Ante él su destino reculaba como la cámara de gas, ante él su vida reculaba como la cámara de gas, no la atrapaba, y eso que todo entraba en el hueco de su rodilla y en las marcas de su cuerpo.

Su destino es más fuerte que él y su vida un hueco contiguo a su corazón, pero él se perderá en los destinos errantes de los que perdieron la vida en las cámaras de gas. Su vida se alojará en el hueco contiguo a su corazón, la atropellará y no la verá. Será el camino de regreso de un amigo muerto o un mapa dejado por sus torturadores en el Holocausto. No hallarás tu destino, Imre Kertész, no busques en más sitios, tu billete está bajo tu lengua y tu cuerda en tu omóplato, no busques más.

No hallarás tu destino en el camino a Haifa, que la ironía te prive de plantear acertijos al diablo, de decir una frase que ha de volver a ti como una serpiente escurridiza.

Traducción de Luz Gómez García

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